Presentando al nieto bastardo de Robotina: primogénito mutante del iPod o en otras palabras el AIBO que Japón rechazo a falta de un ladrido sexy. Esta pequeña bocina llamada Rolly, se mueven al ritmo de la música para el deleite de la generación fluro-PLUR o todas aquellas mascotas en busca de otro juguete caro para roer.
Quien sabe cuanto tiempo se estuvieron rascando la calva esos técnicos en batas blancas en busca del próximo gran aparato para divertir a la suegra buena onda, a la nieta mimada y al hermano raver con glowsticks pegados del pantalon... todos al mismo tiempo.
Tal vez tenían dos departamentos (robótica y sonido) con sobras de algún proyecto y antes que alguien dijera ‘Zippo’ la idea surgió: Un parlante con forma de porro espacial, que baile al ritmo de la música… y que tenga luces. Que idea tan tostada, dude.
Aparentemente, el mundo no penso igual. Contando que el juguete está en venta desde finalez del año pasado y ha juzgar por la falta de ruido en los medios masivos, nos damos por enterado que no vendio muy bien en este lado del mundo.
Puede que el módico precio de 400 tablas americanas o 3.5 ml de gasolina hallan influenciado su destino. Con ese precio yo personalmente espero que el bicho baile hasta rituales secretos de los hindios Watusi y que lo haga muy bien. Se conecta por bluetooth a cualquier computadora o teléfono para tocar la música escogida y supuestamente se oye nítido. El comercial es casi tan reduntante como el producto y por alguna extraña razón me hace desearlo todavía más. Tal vez sea un buen momento para aprender a bailar como Watusi.
Fuente: Sony.ca
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